Como estamos en vacaciones les envio esta leyenda oriental, para motivarlos a trabajar cuando volvamos de vacaciones.
Hace muchos años atrás tantos que no se pueden contar, en el imperio del sol naciente vivía un joven fuerte y muy valeroso llamado Kunihiko.
El joven habitaba en una remota aldea muy pobre en medio de las montañas, pero su habilidad para transformar el papel en figuras maravillosas había llegado a oídos del emperador.
Sucedió que un día los soldados imperiales llegaron a la aldea, con una orden de arresto para el pobre Kunihiko. Sin entender lo que sucedía, el joven fue esposado y llevado prisionero ante el emperador.
Luego de días de viaje, Kunihiko es presentado a los pies del emperador.
El emperador sin dirigirle la mirada le dice: - sabes porque estas aquí?
No señor, no lo se. – dice Kunihiko.
Se dice en el imperio que eres un gran artista. –dijo el emperador.
Señor, estas equivocado. No soy un artista, soy solo un pobre aldeano. – dijo Kunihiko.
Atrevido, eres capaz de contradecir a tu señor. – Exclamo furioso el emperador.
Kunihiko no respondió.
Vas a negar que conoces los secretos de doblar el papel. – Pregunto enardecido el emperador. No sabes que los únicos que pueden crear y darle vida al papel, son los nobles del palacio imperial. Continúo el emperador.
El joven se armó de valor y dijo: - Mi señor, yo solo trabajo el papel cuando estoy en las montañas, trabajando en el bosque, nadie me enseño, aprendí solo.
Eres un arrogante, te burlas del emperador.
Te digo la verdad déjame ir a mi aldea. Dijo Kunihiko.
Pues bien, mañana al salir el sol te dejaré salir. Dijo el emperador… no sin antes me pruebes que nadie te ha enseñado los secretos del papel.
Como podría hacer eso yo. –exclamó el joven.
Antes que salga el sol quiero que conviertas este papel en algo precioso.
Kunihiko, fue valiente tomo el papel y comenzó a pedir la protección de sus antiguos ancestros, deseo con tantas fuerzas volver a su aldea, que el espíritu guardián del gran dragón convirtió sus plegados de papel en maravillosos diamantes.
El Emperador al amanecer, quedo tan maravillado que no tuvo otra opción que dejar libre al joven Kunihiko. Al llegar a su aldea Kunihiko fue proclamado como el mejor artista de la región y se convirtió en el sensei del imperio.
Cuenta la leyenda que cuando alguien de corazón noble y valiente, pliega 1.000 diamantes de papel, al iluminar los primeros rayos del sol, estos se convierten en diamantes de verdad.
Ojala algún día complete los 1.000!!!!